Friday, March 25, 2005

El caso Schiavo

Carta al Director del diario "El Mercurio" (Chile) publicada el miércoles 25 de Marzo del 2005

Señor Director:

El 21 de marzo, el Presidente de Estados Unidos ha firmado una ley que permite que el fallo que ha interrumpido la alimentación y la hidratación de Theresa Marie Schiavo sea revisado por una corte federal.

Más allá de las consideraciones sobre la justicia o injusticia de que esta mujer continúe siendo asistida en su aparente estado vegetal permanente, es interesante discutir las posibles consecuencias que esta ley puede tener sobre el sistema jurídico estadounidense. Para muchos juristas, la ley recientemente dictada es una flagrante violación del principio de separación de poderes y constituye un peligroso precedente.

El sistema constitucional norteamericano -así como el nuestro- sabiamente ha establecido que el conocimiento de la mayoría de los asuntos contenciosos y no contenciosos sea una facultad exclusiva de los tribunales de justicia. Con tal medida, se pretende dotar a los particulares de un ente independiente que resuelva los conflictos jurídicos que se suscitan en una sociedad. Gracias a tal principio, los ciudadanos tenemos la garantía de que nuestros asuntos no serán resueltos por la mayoría de turno y que las siempre poderosas influencias de los grupos de presión serán mantenidas lo más al margen posible de las decisiones de justicia.

El que un órgano político, como el Congreso, se arrogue arbitrariamente poderes jurisdiccionales, como sucede con la ley en cuestión, altera sustancialmente el principio de igualdad ante la ley, al mismo tiempo que politiza una decisión que debiera estar inspirada por la interpretación y aplicación independiente, calificada y sensata de la ley.

Quienes han defendido esta medida argumentan que con esta ley no se ha resuelto el asunto de fondo, sino que tan sólo se le ha concedido competencia a las cortes federales para revisar el asunto. Sin embargo, surge la pregunta si acaso el Congreso norteamericano hubiera dictado la misma ley en el evento de que la corte de Florida hubiera ordenado continuar con la alimentación de Schiavo.

Al parecer, se está haciendo una excepción en un caso donde lo resuelto por los tribunales de justicia molesta a la mayoría republicana, alterándose de esa manera la esencia del sistema constitucional vigente y exponiendo a los ciudadanos a las arbitrariedades del poder político.

Creo que, a partir de este caso, podemos reflexionar, nosotros, sobre la importancia de defender la vulnerable independencia del poder judicial. Siempre será tentador buscar hacer justicia en un caso particular alterando los principios generales del sistema. Sin embargo, quienes piensan de esa manera son ciegos a la injusticia que significa violar el principio de igualdad ante la ley y socavar una de las bases del sistema político.

SEBASTIÁN KAUFMANN SALINAS

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