Wednesday, May 04, 2005

Iglesia y no creyentes

Carta publicada en el diario "La Tercera" el 30 de abril del 2005

Señor director,

Me preocupa la actitud hostil de algunos católicos frente a los que no comparten nuestra fe. Ese es el caso de Rosario del Campo, que en su carta publicada en La Tercera el 26 de abril se pregunta por qué le preocupa a Carlos Franz el ideario católico si no es creyente, por su columa publicada en La Tercera el sábado pasado.

La respuesta es simple. Le preocupa porque como Iglesia, desde los tiempos de San Pablo, hemos decidido estar en el mundo para transformarlo, sosteniendo un diálogo fecundo con los hombres y mujeres de cada tiempo. No estoy de acuerdo con las opiniones de Franz, pero no le niego el derecho de que le importe lo que piensa la Iglesia. A él le preocupa, porque nosotros como católicos hemos decidido desde los orígenes del cristianismo que nos preocupe el ideario del mundo. Así como nosotros nos sentimos con el derecho y el deber de opinar sobre instituciones no cristianas y pensadores no religiosos, tenemos también que concederle el derecho al mundo de opinar y cuestionarnos. Si vamos a rebatir a personas como él, hagámoslo con argumentos y no con descalificaciones.

Termino con un texto del Concilio Vaticano II: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. (...) La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia".

Sebastián Kaufmann Salinas

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